El material más usado era el paño de cáñamo, así como la fibra de ramio o de corteza de árbol, hasta que más tarde se introdujo la seda desde el continente. Como zapatos (katsu) llevaban unas plantillas de cuero o fibra tejida. Al principio se realizaba con el mismo tejido que el vestido o falda, aunque posteriormente se confeccionaron de cuero, piel, plástico, metal y otros materiales. El vestido tradicional japonés se caracteriza por sus amplias hechuras y su ausencia de botonaduras, ya que se ajusta al cuerpo mediante cinturones y fajas.